José Antonio Marina
Por eso las adicciones provocan una pérdida paulatina de libertad que se retroalimenta, en el individuo y la sociedad, al dañar la imagen de la capacidad de libertad.
Moraleja: Hay que evitar extender el concepto de adicción a cualquier práctica a la que me sienta sujeto, porque el victimismo mermará mi libertad.