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jueves, 7 de agosto de 2014

Saharabbey Road

Se lo llevó la tormenta y el tiempo, nada se pudo salvar.
Tan sólo quedó una chispa de luz: Suspira por volver a empezar.

Bebe la sal y respira las llamas. Nada nos puede tocar.
Pon en tu tumba que no es el final: tu rastro no se puede borrar.

Los días están contados, no hay más que temer.
Tan sólo seremos libres cuando no haya más que perder.

Ceniza de fénix, perfil de coral, torcido, herido.
Pon cada latido y celebra que nuestra historia continuará.

Los días están contados, no hay más que temer.
Tan sólo seremos libres cuando no haya más que perder.
Si no hay nada más que perder.
Si no hay nada más que perder.

Se lo llevó la tormenta y el viento. Nada se puedo salvar.
Sólo quedó una chispa de luz... Y es hora de volver a empezar.

Vetusta Morla



lunes, 21 de julio de 2014

Ensalada de mitos

Eru dio a los hombres el don de la libertad.
Pero los dioses temieron que los hombres encontraran el tesoro de la felicidad, que otorgaba protección ante las adversidades.
Escondieron el tesoro donde fuera más difícil de hallar: En el interior de cada persona humana.
Filósofos y profetas han predicado sabias palabras sobre el camino a la felicidad.
Cada persona tendrá la libertad como arma, y cada pueblo la igualdad como principio de justicia.
La palabra será el camino al paraíso de la fraternidad.
Y por fin los mansos habitarán la Tierra.

La contemplación de la justicia absoluta y el caos total es placer exclusivo de Dios.
Cuando cese la tormenta, también nosotros entraremos en las ciudades espléndidas.

domingo, 2 de marzo de 2014

Lucha

Nunca hay que dejar de defender la alegría, la vida, la libertad y la justicia, porque porque nunca dejarán de ser atacadas ni cuestionadas.

domingo, 10 de marzo de 2013

Diálogo sobre el destino



W. -El destino no existe, pero no es fruto de la casualidad ni del caos, sino de la causalidad, que es diferente. No hay un futuro predeterminado (no hay un futuro), sólo un presente que va cambiando en función de lo único que podía pasar según las circunstancias.
La mente humana no funciona de manera aleatoria, sino que está regida por unas leyes (las leyes de la física, que rigen el universo entero) y, por tanto, no es realmente libre. Es racional, no caótica.
El cerebro es como una máquina con billones de botones y cada botón funciona de una forma diferente dependiendo de qué otros botones y cuántas veces han sido pulsados con anterioridad. Algunos no podemos ver siquiera si se pulsan y por eso tenemos esa sensación de imprevisibilidad que es lo que crea la ilusión de un libre albedrío. No hay libre albedrío, pero tampoco destino, sólo causalidad (no casualidad).

R. -Yo no creo que la mente humana sea racional en el sentido en que se suele entender esa palabra. Suele entenderse la razón como un monólogo consciente, y nuestros actos están condicionados por multitud de emociones y sentimientos, todos ellos presentes en la química nerviosa, luego no creo que "racional" sea la palabra. Tampoco caótica, claro.
En cuanto al libre albedrío, puede que no haya posibilidad de una decisión independiente del exterior, pero la libertad reside en que tus actos sean guiados por tu propia química cerebral, no la de otra persona que te imponga la suya. Puede parecer que en extremo es lo mismo, pero en general hay graves diferencias.

W. -Todo lo que te sucede es un reflejo de lo que has causado, y todo lo que causas es un reflejo de lo que te ha sucedido. Es lógico, es acción y reacción. No en el sentido de que si haces algo bueno te sucederán cosas buenas o si haces algo malo te sucederán cosas malas, nada de eso. El universo no clasifica en bueno y malo, sólo la mente humana hace eso. El universo y todo lo que él contiene reacciona con acciones que vienen de la causalidad determinada por la física (no hay nada místico en el mundo), y no es destino, es que sólo podía pasar eso, es la respuesta lógica: Si das, te darán, si quitas, te quitarán, si saltas, caerás al suelo. Así de simple.

R. -No creo que sea tan simple. En un mundo que funciona como un sistema complejo, las relaciones con los demás sujetos (vivos o inertes) son muy variadas, numerosas y complejas como para reducirlas a relaciones de causalidad. Yo prefiero hablar de relaciones dialécticas, o si prefieres, de causalidad múltiple y no siempre resoluble: Si das, no siempre te dan; si no das, puede que te den; si quitas, no siempre te quitarán; si no quitas, puede que te quiten; puedes caerte sin saltar; si saltas, alguien puede sujetarte para que no caigas.

Diréis que todo eso tiene sus causas, claro, pero no todas son conocidas ni cognoscibles, sino que son muchas incógnitas que no siempre la mente humana puede resolver. Como dice la 1ª Ley de la ecología humana: "Cualquier acción sobre el entorno produce un número indeterminado de consecuencias, muchas de las cuales serán desconocidas." En el caso hipotético de que existiera una solución a todas las variables, es decir que toda la vida y sucesos futuros pudieran predecirse lógicamente, veríamos nuestro destino, pero no creo que eso sea posible.

En definitiva, hasta que no se demuestre lo contrario, el destino es una idea pura. Una idea de la que no tenemos impresiones empíricas para extraer datos, por lo cual su manejo como concepto es vago y en gran parte metafórico. Sirve como auxilio del lenguaje para referirnos a los hechos supuestos futuros, al igual que es auxiliar la identidad del yo, el espacio cerrado del cosmos, la división del tiempo, etc.

Sobre las ideas, no es útil debatir su existencia.

W. -La mente humana es racional en el sentido en que cualquier otra cosa del universo lo es, en que no es aleatoria. La forma de actuar de la mente es tan racional como la forma de actuar de una piedra. A la palabra racional se le han dado muchos matices no aplicables aquí, casi siempre entendido como una inteligencia lógica. Huelga decir que las piedras no tienen de eso.

R. -Nuestros conceptos de racionalidad difieren. Pareces entender "racional" con un significado parecido a "determinista". ¿No te ha dado por estudiar estadística?

W. -No encuentro diferencia sustancial en que decida las cosas tu química cerebral o la de otra persona. Aunque otra persona tome la decisión, ésta siempre es reprocesada por la propia química cerebral (asumiendo la inexistencia de una máquina intercambiadora de cerebros) de forma que tus acciones siempre salen de tu propio cerebro, por mucha que parezca la extorsión. Por ejemplo, si alguien te pone una pistola en la cabeza y te dice "¡Quieto!", la decisión de estar quieto sale de tu cerebro. Uno podría perfectamente decir "Oiga, no, prefiero que me peguen el tiro", pero por un cálculo de intereses del cerebro, no hay mucha gente que lo suela hacer.
Que te controle otra persona o que te controle tu entorno son formas más o menos sutiles de lo mismo.

R. -La diferencia es sustancial para la percepción de la 1ª persona, y condiciona el resto de su comportamiento. Que la segunda persona te persuada o te obligue, en el sentido en que vulgarmente se entienden esos términos, tiene suele tener una conclusión similar (obedecer), pero la química cerebral es muy diferente en cada caso: en el de la obligación, la primera persona se siente atacada, y su decisión puede verse muy influida por un instinto de defensa ante el ataque y reaccionar violentamente (intentar zafarse de la pistola que le encañona). Todo eso podría explicarse causalmente si conociéramos muy al detalle la mecánica cerebral, y estoy seguro que quien llegara a conocerla, no necesitaría pistola para controlar a los demás. En ese punto el viejo concepto de libre albedrío quedaría obsoleto.

Pero la libertad es macroscópica. Es la medida en la que el individuo siente que hace lo que quiere, que sus decisiones son suficientemente independientes. Es decir, el individuo es libre cuando se siente libre. Y así lo consideraré mientras seamos incapaces (porque lo somos) de predecir qué hará alguien coaccionado con una pistola en la cabeza: por lo que sé puede hacer cualquier cosa, por eso me parece libre.

W. -El mundo es un sistema muy complejo, claro, volviendo al ejemplo de la máquina del billón de botones, nunca he dicho que sólo se pulse un botón de cada vez, al contrario, pueden pulsarse cientos de ellos al mismo tiempo como resultado de una misma acción y algunos no veremos si se pulsan o no, como he dicho, pero todo ellos influye y será causa de algo. Por supuesto que los ejemplos que puse son para situaciones típicas y que las variaciones posibles son enormes (sino, muy simple sería el mundo), pero si das un puñetazo, la situación típica es que te lo devuelva, claro que, por otra parte, puede que si das un puñetazo, te devuelvan un beso, pero todo por una causa (por ejemplo, tu pareja es masoquista) que será lo que haga corresponder acción y reacción, no hay sucesos porque sí en el universo, todo depende de variables. No hay azar, sólo variables que no podemos ver.

R. -No me interesa la existencia del azar. Es un concepto creado para englobar a las variables que nos parecen aleatorias para nuestra percepción, o como tú dices, "que no podemos ver". A partir de ahí, la existencia o inexistencia de dicho concepto es un tema puramente metafísico. En todo caso, es una clasificación humana.

W. -Un error muy común de los humanos y una de las causas más frecuentes de su sufrimiento es considerar que el mundo es para ellos. No, el mundo no es para ti, tú eres para el mundo (adáptate o muere), el mundo no está hecho a tu medida, por eso no puedes saberlo todo. Para poder ver el futuro (no me gusta llamarlo así, ya que no hay un futuro escrito ni un pasado, sólo un presente cambiante) necesitarías ser una Supermente infinita. Infinita por el hecho de que toda mente finita tiene una capacidad máxima. Para conocer lo que va a pasar, aunque si lo hicieses, también conocerías lo que pasa y lo que ha pasado, necesitarías conocer la posición exacta y el comportamiento de TODAS las partículas del universo en un momento dado. Obviamente, esto no es posible para el ser humano, primero porque tiene una mente finita, y MUY finita, y segundo porque no se puede observar la posición de una partícula sin cambiar su comportamiento ni su comportamiento sin cambiar su posición. Esto dejando aparte que, como yo considero, el universo no tiene límite superior ni inferior.

R. -De acuerdo en todo el párrafo. 

Una vez aclarado que no podemos conocer ni mucho menos controlar la mecánica de los sucesos, volvamos al tipo al que le han puesto una pistola en la cabeza. ¿Qué va a hacer? No lo sé, cualquier cosa, no conozco el futuro. ¿Qué puede hacer? Cualquier cosa, obviando las consecuencias. ¿Qué le interesa más hacer? Él/Ella sabrá. Puede que lo que le estén pidiendo sea demasiado y prefiera arriesgarse a morir. Puede que le estén pidiendo que le folle Torbe (yo quizá intentaría algo desesperado antes que eso). Por muy forzadas que tenga las alternativas, las tiene. Vaya, parece que tiene libertad para elegir. Las dialéctica de las causas darán una tesis que no se conoce. Si el pistolero está seguro de tener al sujeto bajo control, se equivoca. Si el sujeto también se lo cree, peor para él/ella, porque está desechando a priori alternativas.

Cuanto menos libre te crees menos libre te vuelves.

domingo, 3 de marzo de 2013

Belleza II

Hoy he visto la belleza una vez más.
Junto a una montaña de regalos invocamos a Creto, advocación del fuego libre del amor.
De la mano con el origen autodefinido pero irreflexivo de la vida ascenderás hacia la luz.
Tu pecho pintado de sangre de caballo, tu cabeza de sangre y plata.
La sangre, destilado de la luma, y la plata, arte y alquimia de la virtud.
Tu silueta orlada por alas blancas de brillo libertario.
Tu rostro enmarcado en cabellos pardos y grises irradiará voluntad de justicia,
tus brazos sobre la espada advertirán a los cobardes de que la gracia es para quienes respetan la belleza de la vida y saben que su madre es el amor.
Inflada por el fuego te elevarás hacia la santidad, hasta abrazar las regiones de los árboles inmortales.

jueves, 13 de diciembre de 2012

La libertad del software libre

Libertad 0: Poder ejecutarlo y usarlo como quieras (no necesariamente gratis).
Libertad 1: Poder tener acceso al código.
Libertad 2: Poder modificar el código según se necesite.
Libertad 3: Poder distribuir el programa, difundiendo el conocimiento.
Libertad 4: Poder distribuir el programa modificado, difundiendo la innovación.

"Para tener libertad hay que defenderla, y para defenderla hay que comprenderla." Richard Stallman

lunes, 10 de diciembre de 2012

Sueño volador



Me despierto sobre una sábana blanca en medio de un campo helado. La escarcha cubre la hirsuta hierba invernal. Pero no tengo frío, acurrucado entre los pliegues de la manta -¿o era una sábana?-. El Sol se está elevando sobre las peñas nevadas, y yo noto que la luz me sonríe. He vuelto a ser feliz. He vuelto. 

Sin pensar si hay otras personas en el mundo, canto. Canto para el Sol y la hierba, pero sobre todo para mí. Me gusta cantar. Mi voz se eleva y yo gano poder y sabiduría. Veo que mi cuerpo se ilumina, y la sábana pacífica comienza a ser agitada por un viento espiritual, destilado de la mente humana, energía alquímica de la Tierra y el Cosmos.

El Sol se eleva más, y yo seguiré cantando. La sábana se sacude sus anclajes, y del batir de su fibra mágica comienza a salir música. Toda la música. 

El viento sagrado me envuelve en un remolino de alegría donde mi voz se mezcla con la de todas las canciones, y me doy cuenta de que estoy muy alto sobre el suelo.

El polvo de estrellas que me ilumina está dibujando sobre la sábana figuras de trazos: son palabras. Y me doy cuenta de que la sábana puede ser infinita si yo quiero. Y al leer las palabras he aprendido que puedo conducir mi sábana. 

Y conduzco flotando sobre los valles nevados, donde los antiguos edificaron ciudades de piedra. Bajo mi mirada los vetustos pilares vibran en tono menor. Sus acordes sublimes recogen toda la música que me envuelve para componer una sinfonía caótica. 

Es un mensaje único y total de energía tan reveladora que la sábana, que ahora es casi una nube iridiscente a mi alrededor, crepita y se descompone en una bandada inabarcable de páginas. Son páginas blancas con grafos negros, y negras con grafos rojos. 

Y me doy cuenta de que floto en el aire sin sábana, porque un par de alas grises me sostienen sobre la corriente de música. Y me siento libre. Muy libre. Libérrimo. Estoy eufórico y lo canto a todo pulmón, hasta hacerme dueño de la sinfonía, o ella de mí. 

Surco a gran velocidad el mar de páginas y espuma musical, bruma de imagen y sonido. Podría reconocer cada obra imaginada por un alma humana, focos organoeléctricos animados por la chispa divina. En mi estela de turbulencias, las nubes de engendros incorpóreos toman forma en la figura de un pájaro blanco, tan pesado que sólo la energía espiritual de sus elementos lo sostiene en vuelo sobre el mundo.

Y me doy cuenta, al posarme a lomos del pájaro, de que no podré seguir viviendo ni mantener mi sueño si no regreso al mundo. Pronto surge de entre las nubes oníricas una cumbre rocosa, sustancia misma de la realidad, y el pájaro vuela hacia ella como atraído por el magnetismo profundo de una existencia plena. 

Cuando el pájaro posa sus zarpas, agudas como el ingenio, sobre la vetusta roca, ordeno al viento que barra con melodía urgente el caos imaginario que nubla la vista. La luz prístina del Sol descubre afiladas laderas y extensos valles por los que la energía se derrama en arroyos cantarines. El pájaro agita sus alas generosas sobre el país, haciendo nevar un polvo finísimo, agudo y poderoso bajo el cielo despejado. 

Y me doy cuenta de que mi propósito era poder realizar esta siembra de estrellas y ver alzarse esos árboles jubilosos que ya brotan y crecen y se abrazan para formar un hermoso bosque vibrante de alegría, que se trasforma en pradera florida al subir hacia la cumbre. 

El pájaro, al recibir de vuelta la música convertida en suave brisa perfumada, eleva la cabeza al cielo y pronuncia por primera vez un canto alegre y sincero de simple y total felicidad.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Sacrificio

Cada vez que veas morir a un hombre bueno, cada vez que una mujer valiente perezca bajo la violencia de los cobardes o los estúpidos,
entonces en este mismo mundo estará naciendo una persona que ocupará su lugar entre las filas de los santos salvadores.
Porque el amor nunca muere, cada vez que se mata a un profeta de la libertad, nace otro apóstol de la fraternidad.

lunes, 8 de octubre de 2012

Libertad II

"Sospecho que la percepción que tenemos sobre nuestra capacidad de ser libres es una componente de nuestra capacidad de serlo." 
José Antonio Marina

Por eso las adicciones provocan una pérdida paulatina de libertad que se retroalimenta, en el individuo y la sociedad, al dañar la imagen de la capacidad de libertad.
Moraleja: Hay que evitar extender el concepto de adicción a cualquier práctica a la que me sienta sujeto, porque el victimismo mermará mi libertad.