W. -El destino no existe, pero no es fruto de la casualidad ni del
caos, sino de la causalidad, que es diferente. No hay un futuro predeterminado
(no hay un futuro), sólo un presente que va cambiando en función de lo único
que podía pasar según las circunstancias.
La mente humana no funciona de
manera aleatoria, sino que está regida por unas leyes (las leyes de la física,
que rigen el universo entero) y, por tanto, no es realmente libre. Es racional,
no caótica.
El cerebro es como una máquina con
billones de botones y cada botón funciona de una forma diferente dependiendo de
qué otros botones y cuántas veces han sido pulsados con anterioridad. Algunos
no podemos ver siquiera si se pulsan y por eso tenemos esa sensación de
imprevisibilidad que es lo que crea la ilusión de un libre albedrío. No hay
libre albedrío, pero tampoco destino, sólo causalidad (no casualidad).
R. -Yo no creo que
la mente humana sea racional en el sentido en que se suele entender esa
palabra. Suele entenderse la razón como un monólogo consciente, y
nuestros actos están condicionados por multitud de emociones y sentimientos,
todos ellos presentes en la química nerviosa, luego no creo que
"racional" sea la palabra. Tampoco caótica, claro.
En cuanto al libre albedrío, puede
que no haya posibilidad de una decisión independiente del exterior, pero la
libertad reside en que tus actos sean guiados por tu propia química cerebral,
no la de otra persona que te imponga la suya. Puede parecer que en extremo es
lo mismo, pero en general hay graves diferencias.
W. -Todo lo que te sucede es un
reflejo de lo que has causado, y todo lo que causas es un reflejo de lo que te
ha sucedido. Es lógico, es acción y reacción. No en el sentido de que si haces
algo bueno te sucederán cosas buenas o si haces algo malo te sucederán cosas
malas, nada de eso. El universo no clasifica en bueno y malo, sólo la mente
humana hace eso. El universo y todo lo que él contiene reacciona con acciones
que vienen de la causalidad determinada por la física (no hay nada místico en
el mundo), y no es destino, es que sólo podía pasar eso, es la respuesta lógica:
Si das, te darán, si quitas, te quitarán, si saltas, caerás al suelo. Así de
simple.
R. -No creo que sea
tan simple. En un mundo que funciona como un sistema complejo, las relaciones
con los demás sujetos (vivos o inertes) son muy variadas, numerosas y complejas
como para reducirlas a relaciones de causalidad. Yo prefiero hablar de
relaciones dialécticas, o si prefieres, de causalidad múltiple y no siempre
resoluble: Si das, no siempre te dan; si no das, puede que te den; si quitas,
no siempre te quitarán; si no quitas, puede que te quiten; puedes caerte sin
saltar; si saltas, alguien puede sujetarte para que no caigas.
Diréis que todo eso tiene sus
causas, claro, pero no todas son conocidas ni cognoscibles, sino que son muchas
incógnitas que no siempre la mente humana puede resolver. Como dice la 1ª Ley
de la ecología humana: "Cualquier acción sobre el entorno produce un
número indeterminado de consecuencias, muchas de las cuales serán
desconocidas." En el caso hipotético de que existiera una solución a
todas las variables, es decir que toda la vida y sucesos futuros pudieran
predecirse lógicamente, veríamos nuestro destino, pero no creo que eso sea
posible.
En definitiva, hasta que no se
demuestre lo contrario, el destino es una idea pura. Una idea de la que no
tenemos impresiones empíricas para extraer datos, por lo cual su manejo como
concepto es vago y en gran parte metafórico. Sirve como auxilio del lenguaje
para referirnos a los hechos supuestos futuros, al igual que es auxiliar la
identidad del yo, el espacio cerrado del cosmos, la división del tiempo, etc.
Sobre las ideas, no es útil
debatir su existencia.
W. -La mente humana es racional en el
sentido en que cualquier otra cosa del universo lo es, en que no es aleatoria.
La forma de actuar de la mente es tan racional como la forma de actuar de una
piedra. A la palabra racional se le han dado muchos matices no aplicables aquí,
casi siempre entendido como una inteligencia lógica. Huelga decir que las piedras
no tienen de eso.
R. -Nuestros conceptos de racionalidad
difieren. Pareces entender "racional" con un significado parecido a
"determinista". ¿No te ha dado por estudiar estadística?
W. -No
encuentro diferencia sustancial en que decida las cosas tu química cerebral o
la de otra persona. Aunque otra persona tome la decisión, ésta siempre es
reprocesada por la propia química cerebral (asumiendo la inexistencia de una
máquina intercambiadora de cerebros) de forma que tus acciones siempre salen de
tu propio cerebro, por mucha que parezca la extorsión. Por ejemplo, si alguien
te pone una pistola en la cabeza y te dice "¡Quieto!", la decisión de
estar quieto sale de tu cerebro. Uno podría perfectamente decir "Oiga, no,
prefiero que me peguen el tiro", pero por un cálculo de intereses del
cerebro, no hay mucha gente que lo suela hacer.
Que te controle otra persona o que
te controle tu entorno son formas más o menos sutiles de lo mismo.
R. -La diferencia es sustancial para la
percepción de la 1ª persona, y condiciona el resto de su comportamiento. Que la
segunda persona te persuada o te obligue, en el sentido en que vulgarmente se
entienden esos términos, tiene suele tener una conclusión similar (obedecer),
pero la química cerebral es muy diferente en cada caso: en el de la obligación,
la primera persona se siente atacada, y su decisión puede verse muy influida
por un instinto de defensa ante el ataque y reaccionar violentamente (intentar
zafarse de la pistola que le encañona). Todo eso podría explicarse causalmente
si conociéramos muy al detalle la mecánica cerebral, y estoy seguro que quien
llegara a conocerla, no necesitaría pistola para controlar a los demás. En ese
punto el viejo concepto de libre albedrío quedaría obsoleto.
Pero la libertad es macroscópica. Es la medida en la que el
individuo siente que hace lo que quiere, que sus decisiones son suficientemente
independientes. Es decir, el individuo es libre cuando se siente libre. Y así
lo consideraré mientras seamos incapaces (porque lo somos) de predecir qué hará
alguien coaccionado con una pistola en la cabeza: por lo que sé puede hacer cualquier cosa, por eso me parece libre.
W. -El mundo es un sistema muy
complejo, claro, volviendo al ejemplo de la máquina del billón de botones,
nunca he dicho que sólo se pulse un botón de cada vez, al contrario, pueden
pulsarse cientos de ellos al mismo tiempo como resultado de una misma acción y
algunos no veremos si se pulsan o no, como he dicho, pero todo ellos influye y
será causa de algo. Por supuesto que los ejemplos que puse son para situaciones
típicas y que las variaciones posibles son enormes (sino, muy simple sería el
mundo), pero si das un puñetazo, la situación típica es que te lo devuelva,
claro que, por otra parte, puede que si das un puñetazo, te devuelvan un beso,
pero todo por una causa (por ejemplo, tu pareja es masoquista) que será lo que
haga corresponder acción y reacción, no hay sucesos porque sí en el universo,
todo depende de variables. No hay azar, sólo variables que no podemos
ver.
R. -No me interesa la existencia del azar. Es
un concepto creado para englobar a las variables que nos parecen aleatorias
para nuestra percepción, o como tú dices, "que no podemos ver". A
partir de ahí, la existencia o inexistencia de dicho concepto es un tema
puramente metafísico. En todo caso, es una clasificación humana.
W. -Un error
muy común de los humanos y una de las causas más frecuentes de su sufrimiento
es considerar que el mundo es para ellos. No, el mundo no es para ti, tú eres
para el mundo (adáptate o muere), el mundo no está hecho a tu
medida, por eso no puedes saberlo todo. Para poder ver el futuro (no me gusta
llamarlo así, ya que no hay un futuro escrito ni un pasado, sólo un presente
cambiante) necesitarías ser una Supermente infinita. Infinita por el hecho de
que toda mente finita tiene una capacidad máxima. Para conocer lo que va a
pasar, aunque si lo hicieses, también conocerías lo que pasa y lo que ha
pasado, necesitarías conocer la posición exacta y el comportamiento de TODAS
las partículas del universo en un momento dado. Obviamente, esto no es posible
para el ser humano, primero porque tiene una mente finita, y MUY finita, y
segundo porque no se puede observar la posición de una partícula sin cambiar su
comportamiento ni su comportamiento sin cambiar su posición. Esto dejando
aparte que, como yo considero, el universo no tiene límite superior ni inferior.
R. -De acuerdo en todo el párrafo.
Una vez aclarado que no podemos conocer ni mucho menos
controlar la mecánica de los sucesos, volvamos al tipo al que le han puesto una
pistola en la cabeza. ¿Qué va a hacer? No lo sé, cualquier cosa, no conozco el
futuro. ¿Qué puede hacer? Cualquier cosa, obviando las consecuencias. ¿Qué le
interesa más hacer? Él/Ella sabrá. Puede que lo que le estén pidiendo sea
demasiado y prefiera arriesgarse a morir. Puede que le estén pidiendo que le folle
Torbe (yo quizá intentaría algo desesperado antes que eso). Por muy forzadas
que tenga las alternativas, las tiene. Vaya, parece que tiene libertad para
elegir. Las dialéctica de las causas darán una tesis que no se conoce. Si el
pistolero está seguro de tener al sujeto bajo control, se equivoca. Si el
sujeto también se lo cree, peor para él/ella, porque está desechando a priori
alternativas.
Cuanto menos libre te crees menos libre te
vuelves.
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