sábado, 8 de agosto de 2015

Máquinas asilvestradas

La consecuencia natural de diseñar máquinas autoreplicantes para para servir a la humanidad es que olviden sus fines y se sirvan sólo a sí mismas.

Aceptando la teoría de la evolución, cualquier ser capaz de reproducirse está sujeto a posibles mutaciones: Hay múltiples causas, pero principalmente errores en la copia del código y radiaciones sobre el soporte físico del mismo hacen que, en algún momento, aparezcan descendientes no idénticos a sus antepasados: biodiversidad.

Entonces entra en juego la selección natural: ¿Qué variedades serán las más abundantes? En el primer momento, las que más y mejor consigan reproducirse (estando bien adaptadas para sobrevivir el tiempo suficiente para ello). En segundo lugar, los descendientes deben seguir adaptándose al medio -que puede cambiar- igual o mejor que sus progenitores. Prolíficas y adaptables.

En el caso de máquinas diseñadas con el objetivo de liberar al hombre de cierta tarea y dotadas de la capacidad de fabricar hijas idénticas, en el ciclo reproductivo se producirán, con cierta probabilidd, errores de copia, resultando máquinas mutantes. De entre todas las mutaciones posibles, una puede ser olvidar su objetivo primario (la tarea) o subordinarlo a su objetivo seacundario: replicarse. Tal mutación haría a la máquina destinar más recursos a la reproducción y menos a la tarea, reproduciéndose más y mejor, tomando ventaja frente a otras variedades en la selección natural.

Si no se controla la población de máquinas -y frente a eso una buena mutación sería aprender a rebelarse-, el resultado de esta deriva será la expansión de máquinas asilvestradas, cuyo "sentido de la vida" será el mismo que el de todos los seres vivos que llamamos salvajes o silvestres (es decir, los no domesticados): no producir, sino reproducirse. No trabajar, sino vivir.

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