jueves, 15 de noviembre de 2012

Mi casa

Un piano sonando junto al fuego.
Un acordeón templando la niebla de una tarde prematura.
Una radio difundiendo rayos electrónicos al mar.
Una marea de ruido blanco acosando un acantilado que se cree imperturbable.

Un río milenario haciendo hablar al valle.
Un ritmo arcano recorriendo los caminos del monte.
Una voz multimestiza de mujer uniendo todas las orillas del mar.

Y el polvo dorado sobre la estantería.
Y el brillo plateado de los discos.
Y el filo diamantino de las pantallas.

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