El mundo humano cambia aceleradamente.
Todo lo que la persona (sujeto consciente) percibe de este mundo está cambiando hacia un estado cada vez más inconstante. Es en estos momentos de nudo histórico cuando los conflictos y desafíos futuros no es que se teman, es que se desconocen.
La Humanidad (como comunidad) cree que está rompiendo las últimas barreras hacia la globalización de las sociedades (civitas gentium, ekúmenos) como hacia un despeñadero definitivo del que sólo sobreviviremos se de la concepción de la nueva humanidad mestiza nace una sociedad con las alas necesarias para no estrellarse contra la Tierra y llevarse buena parte de ella consigo.
En esta situación retornan los fantasmas de la desesperación: el nacionalismo, la religiosidad, el éxtasis artístico; y sus cosecuencias autoconclusivas: el belicismo, el fanatismo, la prostitución de las ideas.
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